Una de Cine - La Ultima estación

Y me estreno, oficialmente, como cronista en este blog compartido. Ya llevaba tiempo pensando cual seria mi primera crónica y al final, al ver esta película me dije " esto tengo que contarlo "... Espero que les guste :-)

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Evento: Cine - La última estación
Artista: Dirigida por Michael Hoffman e interpretada por: C. Plummer, H. Mirren, J.McAvoy.
Lugar: Cines Renoir, Tenerife, 13 de Julio.
Crónica: Aprilis

Los últimos días de el gran humanista Ruso Leo Tolstoi. Eso es el trasfondo de la película. Pero olvídense de eso, el tema principal esta bien alejado de lo que se presupone una cinta biográfica. El amor. En todas sus vertientes y variedades, ese es el tema que trata la película. Que no te quepa duda. Y si te fijas en el cartel de la película dos segundos, lo deja bien claro, ahí están, dos parejas. Sin nombres. Tolstoi solo es una escusa para hablar de amor.

A Tolstoi le da vida un genial Christopher Plummer que nos deja ver la grandeza de un personaje tan carismático como lo fue el escritor Ruso. Pero además, nos muestra lo humano que es su personaje, y cómo a todos nos afectan los sentimientos por igual. Al final, todos queremos ser felices. Desde la primera escena ya le coges cariño. Esa barba blanca, sus ojos que miran y trasmiten bondad, curiosidad y humildad.

Luego esta su mujer que, interpretada por Helen Mirren, hace bajar de las nubes al Tolstoi más humano. Reflejan impecablemente a una pareja que lleva décadas juntos. Son cómplices, amigos, amantes, enemigos... llegan a no entenderse en absoluto y a conocerse a la perfección. Una autentica pareja.

Y por ultimo esta James McAvoy, que interpreta a un joven Ruso, lleno de vida, optimismo y adoración por Tolstoi y su obra. Poco a poco va a haciendo migas tanto con el personaje de Plummber como con el de Mirrer, y gracias a eso va descubriendo poco a poco cómo es él, cómo es el amor, cómo son ellos, y cómo somos todos. Porque, aunque la película tiene sus puntos flacos (especialmente después de la primera hora de metraje), tiene un detalle que me encanto. Y es que, por encima de ideologías fantásticas, dinero e influencia, todo lo que de verdad importa, ocurre en un cuarto oscuro, a la luz de una vela, cuando el corazón late deprisa y de la cara, brota una sonrisa.